Pienso ahora en el oficio de arquitecto, de constructor: la concepción, el proyecto de un lugar que va a ser escenario del habitar, tiene la imaginación más del lado del científico, del inventor, del descubridor que no necesariamente crea -en el sentido muy original, y muy pesado tambien, de la expresión- sino que persigue la transformación, el cambio y que configura posibilidades, las controla.
Es cierto que nuestro material de trabajo es el espacio. Pero así planteado parece estar hablado como en una fotografía. Tal vez por eso la experiencia viva de un lugar es distinta. Transcurre. El tiempo le da sentido. Un diseño arquitectonico entonces trabaja con variables concretas, variables tan multiples como espacio hay en este planeta (y parece que ahora en la luna tambien). A partir del conocimiento, del control y del manejo de estas variables (climáticas, topográficas, contextuales, ergonómicas, económicas, materiales, personales, y un variopinto etcetera) se configuran una serie de ideas vinculadas al recorrido, a la escala, a la proporción, a los olores, a la luz, a las texturas y presencias de los materiales, a la volumetria, a la perspectiva, a la solución tecnica para que el edificio se mantenga en pie y la tripa fluya adecuadamente. Ideas arquitectónicas.
Ideas arquitectonicas que se conciben para un sitio, para un lugar en especifico, para transformarlo en el lugar que proyectamos se habitara de tal o cual manera.
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